En la Serranía de La Lindosa en el 2023, entre selva, roca y humedad, participé en una misión del ICANH junto a un equipo multidisciplinario de arqueólogos, conservadores, físicos y biólogos de la Universidad Pontificia Bolivariana para estudiar los paneles rupestres de La Lindosa y Chiribiquete, considerados de los más antiguos y enigmáticos de América Latina. El objetivo: entender mejor estas pinturas milenarias y sumar nuevas herramientas para su conservación en un territorio que sigue siendo, en gran parte, inexplorado.

Junto a los cientificos e investigadores analizando uno de los paneles rupestres.

Vista al raudal del guayabero vista desde el tepuy de Cerro Azul.
Por primera vez en la zona se utilizó un espectrómetro para registrar firmas espectrales directamente sobre los paneles, capturando información en seis longitudes de onda que van más allá del espectro visible. Estas mediciones, combinadas con fotografía científica y documentación en campo, abren nuevas perspectivas para identificar pigmentos, capas ocultas y estados de deterioro que el ojo humano no alcanza a ver, ayudando a diseñar estrategias de conservación más precisas para estos murales ancestrales.

Espectrómetro el cual divide las ondas de luz.

Profesor Fernando Montejo, Arquéologo lider del proyecto de investigación Lindosa-Chiribiquete.

Representaciónes que datan mas de 12.000 años atrás.

Escaneo de frecuencias en el panel de Dantas.

Pinturas de personas y plantas de la zona.

Guardián de La Lindosa.
Las fotos son una pequeña ventana a esa experiencia: entre paredes de roca que narran historias de miles de años, ciencia de frontera y una selva que sigue guardando más preguntas que respuestas. Pinturas milenarias que la selva aún protege, la ciencia empieza a revelar y el Chiribiquete sigue envolviendo en misterio.

